Ese encuentro que nadie quiere perder

A horas de uno de los juegos más importantes del mundo, el Barcelona - Real Madrid, el mundo del futbol se encuentra expectante por este partido, entre dos monstruos del futbol mundial y los dos mejores equipos del mundo, hoy por hoy.

El clásico es un partido aparte, como dirían cientos de técnicos y jugadores. No solo se juegan por 3 puntos, se juega el honor, la gloria, el sentimiento de victoria, el ver a tu oponente desolado, sin consuelo. Un clásico es una guerra, y así se vive, con horas de angustiosa anticipación, con dos tiempos de 45 minutos llenos de nerviosismo, alegrías o tristezas, iras y decepciones.

Aun recuerdo mi primer clásico. Y es que no importa si es un Barca - Madrid, un Inter - Milán, un Manchester Utd - Liverpool, un River - Boca, un Flamengo - Fluminense o un Millonarios - Santa Fe, la intensidad es la misma, los nervios son idénticos, las ganas de ganar como sea son inevitables.

No importa la posición en la tabla, no importa si ese día tienes algo más importante que hacer, no importa nada, el clásico se vibra con todo, con alma y cuerpo, con los cinco sentidos. Es ganar o morir, es brindar con la dicha de la victoria, o ahogarse con la decepción de la derrota. Es la supremacía no solo futbolística, sino regional, nacional o incluso internacional, como en los clásicos entre selecciones.

Se viene uno de los mas grandes partidos en la historia del balompié, los dos mejores equipos, con los mejores jugadores, los mejores técnicos y un punto de diferencia nada mas en la tabla. Y por encima de ser Cataluña contra Madrid, o Guardiola frente a Mourinho, es un Barcelona - Real Madrid, se juegan la primera parte del torneo. El campeón no se definirá con este encuentro, pero hay mucho en juego, la supremacía por la mejor liga del mundo, por demostrar quien es el más poderoso.

No importa en que lado del mundo te encuentres, un clásico se vive de una manera muy especial, el lunes estaremos atentos, serán 90 minutos del deporte más hermoso del mundo, con 22 de sus mayores exponentes.

Absalom Herrera Acero.