junio 28, 2011

Cuando el infierno toca a la puerta


El domingo cuando terminó el encuentro mis ojos no lo creian. No soy super hincha del equipo, ni siquiera nací en aquel país, pero siempre he tenido una fuerte admiración por un conjunto con una inmensa historia futbolística. Se podría decir que ese equipo de la banda cruzada es el "hermano mayor" del equipo de mis amores.

Ver llorar a un hincha el descenso a segunda de su equipo es realmente triste. El estadio Monumental de Nuñez, otrora anfitrión de fiestas de celebración por innumerables títulos locales, Copas Libertadores, Supercopas, etc, el domingo fue un funeral que mezcló dolor, violencia, decepción e impotencia de miles de almas que veian como su más grande amor sufría la vergüenza del descenso.

Luego del pitazo final, la noticia dio la vuelta al mundo. Diarios de todas las nacionalidades y todos los rincones del planeta reseñaron la caida de un grande del futbol sudamericano y mundial. Alfredo Di Stefano, uno de los mejores jugadores de la historia y quien surgió del equipo millonario, declaraba la tristeza que le produjo la noticia (ver aquí), los narradores en el país gaucho no daban credito a lo que veian, Atilio Costa Febre, el famoso "Lito", periodista especializado e hincha de River no ocultaba su rabia y descontento por lo sucecido (audio aquí). De igual manera, Victor Hugo Morales, el mejor locutor de las tierras gauchas, aquel del "Barrilete cósmico" en el gol de Maradona frente a los ingleses, narraba con sentimiento, en Radio Continental, los últimos minutos del más grande de Argentina en la primera división (audio aquí).

La caida de un grande resuena por todo el mundo y su eco llega más allá de los límites de este planeta fútbol. River Plate de Buenos Aires está en la B. Sus hinchas y seguidores en Argentina y en el mundo lamentamos la caida de un equipo con 110 años de historia llenas de gloría, pasión y grandes jugadores. ¿Y de quién es la culpa? de los dirigentes que lo robaron y lo acabaron. De esos dirigentes que no solo se ven en River sino en todos los equipos del mundo, inescrupulosos, bandidos, ladrones y miserables que no entienden que el fútbol es una pasión, y es propiedad del pueblo, no de unos cuantos "vivos".

Debe ser un ejemplo para muchos equipos en el mundo, donde hay una mala dirigencia no puede haber un buen equipo. Ayer Daniel Alberto Passarela era un ídolo como jugador y técnico, hoy se pide su cabeza como presidente y él solo atina a decir que se va "Con los pies para adelante". Ya llegó Matias Almeyda como nuevo DT, en reemplazo de un J.J. Lopez que solo sirvió de marioneta para el presidente. River tendrá un año difícil: exjugadores, técnicos y periodistas opinan que no será sencilla la tarea de regresar a primera. Yo, desde la lejanía confio en el renacer de las cenizas, en un nuevo River que demostrará porqué es el más grande equipo del balompié argentino.

Absalom Herrera Acero
@AbsalomHerreraA en Twitter.
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junio 20, 2011

Un circo llamado FPC


Había querido escribir esta columna mucho antes, pero decidí esperar a que se acabara el torneo Apertura 2011 para abarcar completamente todo el campeonato y hacer un retrospectiva de lo que fue la Liga Postobon en esta primera parte del año.

Atlético Nacional se coronó campeón por undecima vez en su historia y quedará para los moralistas el hecho de decir si es justo o no. Para mi campeón es campeón y nada hará que la historia cambie. Pero mas allá del ganador, este torneo deja un sinnúmero de peculiaridades que han transformado el fútbol profesional colombiano en un circo de poca monta, en algo risible y en una vergüenza para el deporte nacional.

Vamos por partes: Un campeonato absolutamente quebrado y sin dinero. Según se había informado, el dinero obtenido por el patrocinio de Postobon se utilizaría para subsanar las deudas que cada club tenía por concepto de sueldos atrasados, parafiscales y seguridad social. El torneo empezó con equipos endeudados como el América de Cali, el Once Caldas, el Deportivo Pereira y el Deportes Quindio. Y aunque estaba estipulado que no se iba a dar autorización a quienes mantuvieras estos pagos pendientes, el torneo empezó como si nada.

Este fue un campeonato atípico por las obras de los principales estadios a causa del Mundial Sub-20. Plazas intermedias acogieron el "espectáculo" del balompié criollo y la violencia de las barras no se hizo esperar en municipios donde no hay el suficiente control policial para manejar a los vándalos disfrazados de hinchas. Cartago, Girardot, Rionegro, Magangué, entre otros municipios figuraron este semestre como anfitriones de partidos del FPC, estadios viejos y canchas en pésimo estado que atentaron contra la seguridad del jugador y del espectáculo en general. Incluso, el campéon, Nacional, tuvo que jugar uno de sus encuentros en una cancha de entrenamiento, pues no se le prestó ningún escenario. Luego, fueron a oficiar de locales en Cúcuta.

Y ni que decir de las transmisiones por televisión y recordar el encuentro que fue postergado por una hora, solo porque las anfitrionas del programa 'Fuera de Lugar' del canal RCN habían perdido el vuelo y si no se hacia el programa, no había partido. Ofensa inmensa a la teleaudencia, y aún más a los asistentes al estadio que tuvieron que soportar sesenta minutos más, mientras estas dos niñas llegaban a cumplir su trabajo. Las transmisiones en Colombia aún se hacen como hace 20 años, con un par de cámaras y ya. No existen las tomas laterales para los fuera de lugar, y poco se utiliza el ángulo opuesto. Y ni que decir de los compactos de los partidos, que solo se remiten a los goles y un par de ocasiones de gol. Aún no han aprendido de las transmisiones del fútbol en Europa. Queremos ser como ellos, pero no les copiamos las cosas que realmente sirven.


Y hay que hablar de los arbitrajes. El arbitraje colombiano pasa por un momento penoso y vergonzoso. Los jueces se creen intocables, no se dejan hablar y no ayudan a la continuidad del juego. Las sanciones hechas por la Dimayor no se cumplen (ejemplos claros son las sanciones puestas a Deportivo Cali y Nacional que tienen pendientes una fecha de suspensión de sus respectivos estadios) o incluso exageradas, como las cinco fechas a Edison Toloza, muestran una 'amañada' doble moral de quienes ejercen las leyes del balompié criollo.


Un ataud con el cuerpo de un hincha del Cúcuta Deportivo en el General Santander, un jugador como Luis Moreno que patea por igual lechuzas y contrarios e hinchas matandose en el parque de la 93 con camisetas del Real Madrid y del Barcelona muestra la idiosincrasia de un país donde ya nada es raro ni macabro. Una tierra macondiana donde el patrocinador del torneo tiene su propio equipo y su canal los derechos de transmisión. Donde tanto la Primera y la Segunda División, al igual que la Copa y el torneo Sub-20 llevan el mismo nombre.

Una tierra donde no se respetan los derechos del jugador y los equipos juegan con juveniles que soportan humillantes derrotas solo por tener un chance de jugar en un torneo profesional -véase el caso del Deportes Quindio juvenil goleado por Millonarios- o en donde un técnico como Alvaro de Jesus Gomez ha ascendido a tres equipos a la primera división, pero en ninguno lo han dejado dirigir en la máxima categoría. Ahora, seis meses despues de subir a Itagüí, de donde fue sacado como un perro, regresa para reemplazar a Carlos Mario Hoyos. Situación similar a la de Nestor Otero que luego de demandar al Atlético Huila por incumplimiento en los pagos, regresa para guiar los destinos del equipo opita en el Clausura 2011.

Y como a ningún circo le pueden hacer falta sus payasos, la dirigencia en Colombia del fútbol y del deporte en general no está alejada de lo que fue Bebé o Miky en los ochenta. Desde José Clopatofsky más interesado en lo mediático, pasando por Luis Bedoya quién dirije una Federación llena de dolares mientras el torneo colombiano se hunde en las deudas. Ramón Jesurum no se queda atrás con un pesimo manejo de las finanzas de la Dimayor y Alvaro Gonzalez enterró el fútbol aficionado para siempre. Si a eso agregamos el retroceso que supone nombrar de nuevo a quienes hace 20 años estuvieron al mando de la Selección de nuestro país y que tienen un pensamiento caduco con respecto al fútbol moderno, no podemos esperar que el seleccionado nacional sea nuestro salvador, incluyendo las pesimas actuaciones de las divisiones inferiores.

Como ven hay muchas cosas para decir que el fútbol colombiano es un circo completo, que no nos dirigimos hacia ningún lado y que como vamos, vamos supremamente mal. No me malintrepeten, soy orgulloso de ser colombiano y no cambio el fútbol de mi país por nada, pero debemos mejorar en muchos aspectos: culturales, económicos, sociales, etc, si queremos un balompié de primer mundo, o por lo menos uno decente y con proyección internacional.

Si algo se queda por fuera, lo invito a escribirme en la parte de comentarios.

Absalom Herrera Acero
@AbsalomHerreraA en Twitter.

junio 12, 2011

Se gana con goles, no con arbitrajes.


Un partido de futbol, tiene la habilidad de despertar miles de emociones diferentes en cada una de las personas que observamos un arte, una pasión, un amor, una ilusión o simplemente un sueño. Eso es el futbol.

Cuando hablamos de futbol, hay muchos caminos que se pueden abordar, mucho más cuando se está juego el honor de un equipo como es el caso de un clásico, o cuando se realiza una apuesta con un amigo o compañero de trabajo. Son muchas las discusiones dentro y fuera de la cancha al igual que durante y después de un partido.

Un mal arbitraje, puede ser una de ellas por ejemplo, pero, ¿qué podría ser un mal arbitraje?, que nuestro equipo haya perdido por una mala o discutida actuación del juez central o del lateral. O que el árbitro haya pitado todo lo que tenía que pitar para mantener la armonía del juego. O tal vez qué no haya pitado nada para darle continuidad al encuentro. ¿No es un ser humano el que está en la cancha?

No tengo respuesta para esas preguntas, no soy arbitro, y vivo los partidos como hincha, como aficionado y en muchas ocasiones las vivo como jugador (no profesional pero también juego futbol) y sé que es una tarjeta a amarilla o una roja, un fuera de lugar o un insulto para el juez. También se y tengo claro que los resultados se sacan con goles y un partido se gana o se pierde por cantidad o carencia de ellos.

Lo que no me explico y me parece poco ético de una jugador, hincha y aficionado (obviamente respetando el pensamiento de cada cual) es como pueden afirmar que un partido de futbol se gane o se pierda por culpa de un réferi o de una organización.

¿Si una organización atenta a favor o en contra de un equipo, o si un juez presenta una mala actuación durante un partido? Para que se le da pie o para que se le “da pata” como se dice vulgarmente, para que expulse a uno o a unos jugadores, para que anule o no un gol. Dediquémonos a jugar, y a jugar bien, hay equipos que saben más con el balón que con la boca y con declaraciones, no se cambian los resultados.

Dónde queda el juego, la preparación para un encuentro, esas palabras de perder por un árbitro me parece a mí a modo personal una falta de profesionalismo y acudo a un dicho materno “todo mal trabajador culpa de su fracaso a su herramienta” Todo aquel que se atreva a decir que un encuentro son más que goles y que tiene que ver la actuaciones del árbitro y todo del desarrollo del juego, sabe algo de futbol, pero, aquel que le eche la culpa de una derrota a todo lo malo de un partido, simplemente, desconoce las capacidades de un equipo.

Manuel Valderrama (Columnista invitado)