abril 28, 2011

Del miedo a la frustración.


Expectativa y furor causó el primer encuentro de las semifinales de la UEFA Champions League entre los archirrivales españoles Real Madrid y Barcelona. Y es que más allá de la rivalidad histórica y de los conflictos culturales, políticos y deportivos que hayan tenido a lo largo de su vida, el odio entre ambos rivales va más allá de un enfrentamiento futbolístico.

La globalización de los medios dividió parte del planeta entre merengues y azulgranas y la defensa de dos estilos de juego, que aunque válidos ambos, tienen sus pros y sus contras.

Pero si quien escribe estas lineas se sorprendió realmente con algo fue con la actitud de miedo y pavor incontrolable que le tiene José Mourinho al estilo actual de juego del Barcelona. Y es que aunque se escude en la táctica, y en un funcionamiento defensivo, el tener a Kaká, Benzemá, Higuaín y Adebayor en el banco y sacrificar las posiciones ofensivas de Di María y Özil en el terreno de juego, demuestra una incapacidad de jugarle a Pep o un "culillo" impresionante a lo que representa el buen juego demostrado por el equpo culé.

Ese estilo de juego que predica Mou fue muy bien recibido en Italia. En el Inter, las defensas ferreas y las marcas seguras son el pan de cada día, máxime si en la ciudad de Milano estuvieron los dos mayores representantes del 'catenaccio', el entrenador milanista Nereo Rocco y el ídolo de los interistas el argentino Helenio Herrera (paradójicamente fue también entrenador del Barcelona).

Mourinho llega a un club que se precia de siempre tener los mejores jugadores del mundo, basados en una fuerte inversión económica. El Madrid siempre ha sido galáctico, o por lo menos desde su primera gran contratación de la historia, el argentino Alfredo Di Stefano, y un técnico defensivo no tiene cabida en un club de los quilates que tiene el Real y con una afición acostumbrada siempre a ir hacia adelante y ganar. La consigna madridista siempre ha sido clara: "si nos meten 5 goles, nosotros hacemos 6".

Ejemplos claros los hay, tanto Capello como Schuster fueron campeones con el equipo del barrio Chanmartín y ambos fueron descontinuados de sus cargos. El último gran técnico ofensivo que tuvo la casa merengue fue el 'Bigotón' Del Bosque, que aplicó lo que hoy hace en la Selección de España: poner a cada jugador en el sitio que es y dejarlos jugar a su gusto. Mourinho no puede ser defensivo con el Madrid, y menos si juega de local una semifinal de Champions frente al rival de toda la vida, ¡lo van a colgar!, quemarán su efigie en la Cibeles y le expulsarán de Madrid para nunca mas volver. El hincha blanco no aguanta mas frstraciones.

Que se de cuenta de la clase de equipo que dirige y la nómina de lujo que posee. Ya no tiene nada que perder y podría irse con toda a jugarse su pellejo en Camp Nou en la vuelta. Demostró por pasajes del partido que si al Barcelona se le presiona constantemente, no puede pensar claro y comete errores, para esto se necesita obvio un equipo con un muy buen estado físico, pero al equipo catalán jamás se le debe esperar: la paciencia es la virtud de este equipo y ellos saben que el gol en el minuto 1 es, igual de válido al del minuto 92, y cualquiera de los dos les dará la victoria.

Por lo pronto felicitaciones al Barcelona, que demuestra que aun sigue fiel y leal a sus convicciones de juego (aunque la exageración cuando se les cometía falta a sus jugadores sobra, son demasiado talentosos para tener que apelar a esa estrategia), pero que sus seguidores no crean que por que tienen a Messi, a Xavi, a Iniesta y sobre todo Pep, han sido llamados por la historia a defender el futbol lírico y bien jugado, recuerden que allí también estuvo Van Gaal, quien sentó a Riquelme por no tener marca y es conocido por su estilo ultra defensivo.

Por ahora el mundo seguirá en la rivalidad Real-Barca, Mou-Pep, Cristiano-Messi, Defensivo-Ofensivo y esta será una discusión de nunca acabar.

Absalom Herrera Acero
Twitter: @AbsalomHerreraA