febrero 02, 2011

La realidad de la vida en la B.


En esta tierra macondiana, llena de sobrenaturales y en donde nada se hace raro llamada Colombia, cada cierto tiempo (muy seguido por cierto) suceden acontecimientos que, al verlos en las noticias, nos hace pensar que la realidad de nuestro país es cada vez más dura.

No es una cuestión de política o de economía, simplemnte son designios de un destino al que los habitantes de este país estamos ligados de por vida y que nos hace una nación llena de ese "realismo mágico" del que habla García Marquez en sus obras.

Y aunque nada de mágico tiene el accidente de la plantilla de Alianza Petrolera que se produjo en el viaje de regreso a Barrancabermeja, si es un llamado de atención hacia una categoria que despreciamos por su pobreza económica y de infraestructura, pero rica en talentos que pueden ser facilmente esculpidos para un buen desarrollo en la A. El accidente nos deja pensando en el descuido en que se encuentra esta categoría, de la maravillosa y bien recordada "Copa Concasa" que al inico de los 90 llevo la alegría del fútbol profesional a ciudades intermedias, hasta llegar al pauperrimo Torneo Postobon, donde las plantillas soportan viajes de hasta 30 hors, por las maltrechas e inundadas carreteras de nuestro país solo para jugar molidos 90 minutos y emprender el penoso viaje de vuelta también, como es obvio, de 30 horas.

Aparte de las penurias de los transportes, muchos de estos equipos no tienen patrocinador, sus arcas han sido vaciadas por dirigentes corruptos y sin escrúpulos que los han utilizado no solo para enriquecerse, sino para impulsarse políticamente, además de los retrasos en los salarios, y ni que decir de la seguirdad social, la cual perjudicó a 7 de los accidentados del equipo petrolero, que no tenían al día los pagos de la EPS.

Profundicemos aún más en el problema y veamos como algunos equipos son las "reservas" de equipos de la A, lo que se presta para un claro conflicto de intereses, en el cual nadie entra a mediar y en donde grandes directivos del fútbol colombiano se hacen los de la vista "gorda" a cambio de reelecciones y dádivas (cualquier parecido con el Congreso de la República, es pura y macondiana coincidencia).

Clubes sin lugares donde entrenar, estadios a punto de caerse, baja considerable en la hinchada y falta de sentido de pertenencia han hecho de la Segunda Categoria de nuestro balompié una payasada a punto de extinguirse. Su consuelo ha sido la Copa Postobon, que les llena el estadio cada vez que juegan con equipos con gran hinchada, pero ¿realmente vale la pena tener una B tan desgastada, demacrada y sin valor?.

Es hora de darle a la segunda división lo que se merece, inversión en los equipos, patrocinios globales (comenzando por una aerolinea nacional, por favor no más viajes en bus, ¿Necesitan acaso un muerto en las carreteras para pensarlo?), estadios decentes, apoyo de las hinchadas locales, y toda una reestruturación que nos permita una B de primera, que no sea simplemente una cloaca de la también devaluada Primera División del fútbol colombiano.

Absalom Herrera Acero.

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